Por tu equipaje te conocerán...
Escrito por: Cholo Brenes
El pasajero se conoce por su equipaje, lo hemos oído decir durante mucho tiempo. Hay algunos que se preocupan por adquirir algo que lo distinga sobre los demás y en las correas de las Aduanas de los aeropuertos usted ve de todo: cajas envueltas con cintas plásticas, sellado totalmente con esas adhesivos transparentes. Algunas  las llenan tanto de cuantas porquerías compran que al descargarlas del avión a las correas explotan.
Nuestra farándula se parece al caso de la maleta, algunos repletan sus informes a fin de año haciendo un listado de colmadones, bares, cafés, drinks o de reiteradas actuaciones en el ya popularizado Hard Rock Café y las conocidas discos del Cibao, con pérdidas para los promotores, 2 ó 3 de la Venezuela y otras pocas dispersadas por la Charles, la avenida España y centro de la capital.
Pretenden a través de las mismas ser nominados y obtener estatuilla por la cantidad de veces que actúan, otros visitan con frecuencia New York a prestar sus servicios para unas 140 personas o menos, van a los mismos pocos clubes, en los únicos, en los que solamente pueden actuar, caminan sobre sus propios pasos y no se atreven a buscar otros caminos, o sencillamente son parte de una cartelera en el United Palace, en maratónicos conciertos donde son utilizados como rellenos de relleno al ser uno de muchos iguales o peores.
 Frecuentes cruzando el charco hacia el viejo continente recibiendo como pago lo mismo que ganan aquí y visitando los clásicos lugares en donde solamente la colonia dominicana asiste.
Triunfé, estuve dos meses caminando por to’ eso lao’ (caminando en un apartamento rentado que no salen nunca para que no le vean sin hacer nada), no llegaron a conocer la Torre Eiffel, el Coliseo Romano o la Plaza Mayor en Madrid y nunca pondrán un pie en ningún museo o galería de incalculable valor cultural e histórico.
  Algunos empresarios de allí, cual  moderno Conde Drácula en busca de sangre fresca lo trasportan todos los años en el mismo tiempo  a nuestros  ignorantes  y pobres artistas viniendo con el bolsillo vacío.
 Señores, tenemos que ser serios, siempre hay excepciones, honrosas excepciones, contadas excepciones.  Ahí viene el Casandra y ya veremos con qué maletas se aparecen algunos, si están destruidas o si están llenas de chucherías, flores plásticas, paletas, pantis y calzoncillos de segunda mano.